Carlos Fuentes reúne a sus 'Personas'
Diario El País, 04/07/2012
Pablo Neruda y Lázaro
Cárdenas. Julio Cortázar y Luis Buñuel. François Mitterrand y Alfonso Reyes.
Esta constelación de personalidades se despliega en las páginas del primer
libro póstumo de Carlos Fuentes, 'Personas'.
Cronista de su tiempo que se codeó con eminentes políticos,
escritores y periodistas, el gran autor mexicano enhebra semblanzas íntimas y
emotivas de sus compañeros de travesía en la obra publicada por Alfaguara a
finales de junio. A casi dos meses de su muerte, el escritor cosmopolita y
viajero incansable seduce con su amena prosa engalanada de anécdotas. Por
ejemplo, cuando refiere sus peripecias durante la asunción de Mitterrand, o
cómo pensó la primera vez que vio a Cortázar que se trataba de un hijo del
escritor.
Asimismo revela la composición del 'Buñueloni', bebida que
Buñuel le ofrecía a Fuentes cuando lo visitaba en su casa en Ciudad de México.
"Consiste en mitad ginebra, un cuarto de cárpano y un cuarto de martini
dulce", recuerda Fuentes, quien tuvo una relación cercana con el cine,
también como guionista. El cineasta español sentía gran aprecio por su
colección de pistolas de los siglos XVII y XVIII. Cuando recibió el León de Oro
en Venecia en 1967, le confesó a Fuentes y Juan Goytisolo: "Ahora
derretiré el premio para fabricar balas".
Fuentes evoca la multitudinaria toma de posesión de su
admirado Mitterrand, para la cual cruzó el Atlántico con Arthur Miller, William
Styron y Elie Wiesel. En un "caos digno de los Marx", lograron su
objetivo siguiendo a la espléndida actriz griega Melina Mercouri, que supo
abrirse paso hábilmente entre el gentío: "Detrás de ella cuatro ignorados
escritores con impermeables a lo Bogart, gafas oscuras y cabezas gachas",
se regodea.
Y si la cultura literaria de un presidente francés nunca
asombra, lo que sí sorprende "es que un presidente de Estados Unidos lea
libros", lanza Fuentes. "Cosa que descubrimos Gabo y yo una noche en
Martha's Vineyard, escuchando a Bill Clinton recitar de memoria pasajes enteros
de Faulkner, demostrar que había leído el Quijote y por qué Marco Aurelio era
su autor de cabecera".
'Personas' por las que sentía admiración
El estadista al que dedica el capítulo final del libro es el
general Lázaro Cárdenas, presidente de México entre 1934 y 1940. Fuentes, apasionado
por la historia y la política, cuenta que lo trató por primera vez durante una
gira por varios estados mexicanos en 1961, aunque sintiera "que lo había
conocido desde siempre". "Las estadísticas demuestran que nunca en
nuestra historia, como durante el sexenio cardenista, todas las clases sociales
de México crecieron de manera más equilibrada y constante", destaca.
El ganador del Premio Cervantes considera que aunque
Cárdenas cometió errores, algunos atribuibles al tiempo, "luchó contra un
peso histórico que otros hubiesen considerado fatal pero que él transformó en
base para una libre determinación mexicana".
Y entre sus compañeros de las letras, recuerda que a su
viejo 'cuate' Cortázar le debe el impulso inicial de su carrera literaria.
"Sin conocernos aún, me mandó la carta más estimulante que recibí al
publicar, en 1958, 'La región más transparente', mi primera novela".
Grande fue la sorpresa para Fuentes en su primer encuentro con el escritor argentino
en 1960 en París. Salió a recibirlo "un joven desmelenado, pecoso,
lampiño, desgarbado, con pantalones de dril y camisa de manga corta, abierta en
el cuello", al que Fuentes le dijo: "'Pibe', quiero ver a tu
papá". Y a lo que el propio Cortázar replicó: "Soy yo".
"Así nació la leyenda de un Julio Cortázar que era la
versión risueña de Dorian Gray", evoca. Y no escatima elogios para su
amigo: "Lo llamé un día el Bolívar de la novela latinoamericana. Nos
liberó liberándose, con un lenguaje nuevo, airoso, capaz de todas las
aventuras".
Compañeros y amigos
A Neruda, escribe Fuentes, lo escuchó antes de conocerlo.
Fue en una lectura junto al mar chileno, donde "la voz del hombre y la del
océano parecía fundirse en una sola, vasta y anónima. Sin la aventura poética de
Neruda, no habría literatura moderna en América Latina. Su enorme alcance se
debe a que asumió los riesgos de la impureza de la imperfección y, también, de
la banalidad", indica.
Fuentes selló una amistad duradera con el Premio Nobel
chileno. "Si sus disputas con los hombres de su generación fueron a menudo
amargas, con nosotros, los escritores entonces jóvenes, siempre fue generoso,
abierto, inteligente, capaz de diálogo, razón y disensión".
El autor de 'Aura' ubica a Alfonso Reyes entre sus mayores
influencias. "Todo está en la obra de Reyes, como están Eurípides y Goethe
y Mallarmé", apunta. "Don Alfonso, de quien me separaban 40 años, era
amigo cercano de mi familia, y me dispensó, desde la niñez, atención y
enseñanzas que nunca podré pagar", reconoce.
Por las 259 páginas del libro de memorias también desfilan
entre otros la intelectual estadounidense Susan Sontag, el escritor francés
André Malraux, la ensayista española María Zambrano, el cardiólogo Ignacio
Chávez y el presidente del Grupo Prisa Jesús de Polanco.
En la tapa del libro, los apellidos de cada una de las
personas retratadas se forman con los tradicionales cuadraditos amarillos de
'scrabble', que se cruzan sobre un fondo verde oscuro. Por ejemplo, Reyes
comparte la 'ese' con Styron, y Buñuel la 'e' con Mitterrand. Una muestra de
que Fuentes sigue jugando con las fichas de la literatura.
Para comprar el libro, hacé click acá. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario