jueves, 19 de septiembre de 2013

“Líneas paralelas”, de Charly García


Cuando Charly García suba al escenario del Teatro Colón para ofrecer los conciertos del 23 y el 30 de septiembre, habrá sucedido además otro evento, diferente pero no menos original: estará en librerías “Líneas paralelas”, algo que en las propias palabras del músico se define como “una ciencia ficción musical by Carlos Alberto García Lange”.
Un dispositivo artie de dibujos, bocetos, collages, anécdotas, críticas y textos manuscritos. Un artificio urgente y posible. Charly García habla sobre música, sobre su propio lugar en el mundo del rock, su último regreso después del último estallido, el papel de las drogas, los psicólogos y la psiquiatría. Una puesta al día, un balance reflexivo de un Charly que, una vez más, se anticipa a lo que digan de él porque vuelve a reinventarse.
El prólogo, que firma Charly, es una declaración del núcleo duro que lo obsesiona por estos días. Si alguna vez intentó un concierto cuadrafónico, si en otro momento quería arrojar muñecos al Río de la Plata desde helicópteros como una puesta en escena de los vuelos de la muerte (idea arrumbada ante la oposición de Hebe de Bonafini), ahora su discurso apunta al número dos: dos líneas paralelas, un acorde sin la tercera nota. Un discurso en que caben desde Jimi Hendrix y Woody Allen hasta la ambulancia que se aleja por la avenida.


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“A menos que ignoremos la física, sabemos que las líneas paralelas no se tocan o cruzan y que su destino es andar por siempre cerca, pero no juntas. Una ambulancia aúlla, alguien la escucha y nota que el canto de la sirena empieza a decaer y hacerse más grave sin que haya habido ninguna modificación mecánica y sin haber sido manipulada de cualquier forma. El cielo no es azul. Una broma puede ser una tragedia entre la emisión de una onda sonora, lumínica o lo que sea. Lo que escuchamos en el caso de la ambulancia es algo que atravesó el aire u otros elementos como el agua, gases, etc. y en el trayecto cambió su afinación, su forma, su alma. En el espacio, los universos –o lo que sea que haya ahí afuera– todo es silencio. Hendrix podría estar tocando ‘Voodoo child’ y nadie lo escucharía. Ubiqué las líneas paralelas como las de un tren o pista de lanzamiento de naves espaciales. Estas dos líneas son notas: Sol y Re. Dos notas (número insuficiente para formar un acorde base inamovible de la música que fue, es... y ¿erá?) La tercera define el alma del acorde, ya que si es mayor, transmite alegría. Y ya que si es menor (un semitono abajo), provocará tristeza. En estas palabras introductorias les quiero hacer saber que esto no es una teoría para destruir la música y que todo lo que se ve o se escucha, hay que tomarlo como a una película de Woody Allen, donde algo absurdo o imposible se da por sentado ya que estamos ante un cuento de música-ficción y en el fondo una alegoría sobre los seres humanos. Sobre los que cantan, sobre los que escuchan, y la relación de esas líneas paralelas que se necesitan para existir. Y lo más importante: el espacio. Gracias por venir al estreno de “Líneas paralelas” (artificio imposible) Les dejo un pensamiento del ya citado Hendrix: ‘La música no son las notas, es el espacio que hay entre ellas’.”

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