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Diario El País, sección Cultura, 23 de marzo de 2012.
Marcel Duchamp, modo de empleo
Se publican sus
'Escritos' (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores)
Un acontecimiento
editorial que contribuirá a descubrir al artista más allá de los tópicos
Es casi imposible exagerar la importancia y la influencia de
Marcel Duchamp en el arte del siglo XX. De ahí que el lanzamiento del libro Escritos
(Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores) resulte un verdadero acontecimiento
editorial que contribuirá a descubrir al artista más allá de los tópicos de su
teoría de los ready mades, del célebre urinario y del bigote sacrílego sobre la
copia de la Mona Lisa.
La versión española, a cargo de José Jiménez, se basa en la
de Paul Matisse y Michel Sanouillet de 2008 en Flammarion (que a su vez parte
de la efectuada en los cincuenta por el segundo de los autores), y reúne
entrevistas, reflexiones de Duchamp sobre su propio trabajo, semblanzas de sus
contemporáneos y entradas accidentales en un diario inconcluso.
Aquí adelantamos algunos extractos de un todo de indudable
efecto autobiográfico y que funcionan como viajes al universo de uno de los
creadores más extravagantes y seguramente incomprendidos del pasado siglo.
A propósito de los ready
mades
“En 1913 tuve la feliz idea de fijar una rueda de bicicleta
sobre un taburete de cocina y de mirar cómo giraba. Unos meses más tarde,
compré una reproducción barata de un paisaje de atardecer invernal, que llamé Pharmacie
[Farmacia] tras haberle añadido dos breves toques, uno rojo y el otro amarillo,
en el horizonte. En Nueva York, en 1915, compré en una quincallería una pala de
nieve sobre la que escribí: 'En previsión del brazo roto' (In advance of the
broken arm).
Fue por esa época cuando se me ocurrió la palabra readymade
para designar esta forma de manifestación. Hay un punto que quiero establecer
muy claramente y es que la elección de estos ready-mades nunca me vino dictada
por ningún deleite estético. Esta elección se basaba en una reacción de
indiferencia visual, adecuada simultáneamente a una ausencia total de buen o
mal gusto... de hecho una anestesia completa.
Otro aspecto del ready-made es que no tiene nada de único...
La réplica de un ready-made transmite el mismo mensaje; de
hecho casi todos los ready-mades que hoy existen no son originales en el
sentido usual del término.
Una última observación para concluir este discurso de
egomaníaco: como los tubos de pintura empleados por el artista son productos
manufacturados y ya hechos, debemos concluir que todas las telas del mundo son ready-mades
ayudados y trabajos de acoplamiento”.
Pinceladas vitales
“Lo que no va bien en el arte en este país [se refiere a EE UU,
adonde Duchamp se trasladó por primera vez en 1915], y aparentemente también en
Francia, es que no hay espíritu de rebeldía; no hay ideas nuevas que surjan de
los artistas jóvenes. Estos pretenden lo mismo que sus predecesores, si bien
intentando superarles. En arte, la perfección no existe. Y siempre se produce
una pausa artística cuando los artistas de un período determinado se contentan
con reanudar el trabajo de un predecesor en el punto donde éste lo ha abandonado
y con intentar proseguir lo que hacía”.
“El Futurismo era un Impresionismo del mundo mecánico. Era
la continuidad directa del movimiento impresionista. Eso no me interesaba. Yo
quería alejarme del acto físico de la pintura. Estaba claramente más interesado
en recrear ideas en la pintura. Para mí el título era muy importante. Me
dedicaba a poner la pintura al servicio de mis objetivos, y a alejarme de la fisicalidad
de la pintura. Para mí Courbet había introducido en el siglo XIX la influencia
del aspecto físico. Yo me interesaba en las ideas y no simplemente en los
productos visuales. Quería volver a poner a la pintura al servicio de la mente.
Y, por supuesto, mi pintura fue inmediatamente considerada intelectual,
literaria”.
Sobre otros artistas
“Matta, pintor. Unos años antes de la Segunda Guerra
Mundial, Matta debutó como arquitecto, pero no tardó en orientarse hacia la
pintura y hacia las teorías surrealistas que, aunque ya llevaran veinte años,
se habían mantenido en vida gracias a la constante aportación de jóvenes y
nuevos talentos. Matta figuró entre los últimos recién llegados. No tuvo que
someterse a una rutina de escuela sino que de entrada supo imponer su visión
personal. Su primera contribución a la pintura surrealista, y la más importante,
fue el descubrimiento de regiones espaciales hasta entonces inexploradas en el
campo del arte. Matta siguió a los físicos modernos en la búsqueda de su
espacio nuevo que, aunque descrito en la tela, no debía confundirse con una
nueva ilusión tridimensional. Su primer período se caracterizó por la lenta
transposición de una exposición, el combate con todos los obstáculos de la
pintura al óleo, medio que se presta a interpretaciones centenarias.
Ulteriormente, logró introducir en su espacio elementos
descriptivos y figurativos que completaron aún más su importante realización.
Aunque todavía joven, Matta es el pintor más profundo de su generación”. (M.
D., 1946, recogido en Sociedad anónima).
“Joan Miró, pintor. Miró artista alcanzó su mayoría en el
momento de terminar la Gran Guerra. Con el fin de las hostilidades llegó la
terminación de todos los nuevos conceptos artísticos de antes de la guerra. Un
joven poeta ya no podía empezar como cubista o futurista, y Dada era por
entonces la única manifestación de importancia. Miró comenzó pintando escenas
agrícolas del campo barcelonés, su país natal. Aunque realistas en apariencia,
estos primeros cuadros se caracterizaban por un sentido notorio de intensidad
irreal. Años más tarde, fue a París y se encontró entre los dadaístas que
efectuaban por esa época su transmutación hacia el Surrealismo. Pese a tales
contactos, Miró se mantuvo al margen de cualquier influencia directa y expuso
una serie de temas donde la forma se hallaba sometida a un cromatismo acentuado
y expresaba una nueva cosmogonía bidimensional, sin relación alguna con la
abstracción. Realizó asimismo algunas construcciones en relación directa con el
Surrealismo, pero el juego de elementos coloreados entre sí sería lo que mejor
exteriorizaría su verdadera personalidad”. (M. D., 1946, recogido en Sociedad
anónima).
“Pablo Picasso, pintor, escultor, grafista, escritor. El
solo nombre de Picasso encarna la expresión de un pensamiento nuevo en el reino
de la estética. Entre 1905 y 1910, Picasso, inspirado por las esculturas negras
primitivas recientemente introducidas en Europa, llegó incluso a rechazar la
herencia de las escuelas impresionista y fauve y a liberarse de cualquier
influencia inmediata. La principal contribución de Picasso al arte habrá sido
partir de cero y mantener esa frescura con respecto a todos los nuevos modos de
expresión que marcarán las diversas épocas de su carrera. El Cubismo, en sí,
fue un movimiento artístico en cuyo interior Picasso se limitó a ser un pionero.
Nunca se sintió obligado a desarrollar una teoría del Cubismo, pese a haberla
elaborado él mismo. Picasso, en cada uno de sus estilos, ha subrayado su
intención de liberarse de todas las realizaciones anteriores. Una de las
diferencias más importantes entre Picasso y la mayoría de sus contemporáneos,
es que, hasta hoy, jamás ha manifestado ninguna señal de debilidad o de
repetición en su caudal ininterrumpido de obras maestras. La única orientación
permanente en su obra es un lirismo agudo, que, con el tiempo, ha adquirido crueles
acentos. De vez en cuando, el mundo se busca una personalidad sobre la que
descansar ciegamente –una adoración de esta índole puede compararse a una
vocación religiosa y sobrepasa el razonamiento. Hoy en día miles de partidarios
de las emociones artísticas sobrenaturales se vuelven hacia Picasso, quien
jamás los defrauda”. (M. D., 1943, recogido en Sociedad anónima).
Para leer la nota completa: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/23/actualidad/1332529846_102992.html
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