Escrito originalmente en alemán y destinados al pueblo, los
“Tratados y sermones” de Meister Eckhart constituyen el núcleo de la mística
especulativa del filósofo neoplatónico y, sin dudas, la primera gran obra
literaria y filosófica escrita en su lengua.
A la manera agustiniana, la espiritualidad que se sostiene
en estas páginas propone un camino de la interioridad que paradójicamente
deshace la nada que somos en pos de rencontrar la divinidad que nos constituye
y excede. Para ello entonces es menester practicar un absoluto desasimiento de
la voluntad, de nuestro cuerpo, de nuestros vicios, pero también de nuestras
virtudes y llegas así a encontrar la infinitud que nos habita hasta hacernos
uno con lo eterno. No hay salvación por las obras ni por el mérito: incluso las
buenas acciones son una pura nada. Pues para dejar sitio a Dios, el yo debe
borrarse y desaparecer.
En “El libro de las consolación divina”, incluido en este
volumen, se enfatiza que la más noble actividad del alma humana consiste en el
progresivo liberarse de la materialidad y la multiplicidad. El alma debe
vaciarse incluso de las imágenes de la divinidad hasta desnudarse s a sí misma
con el propósito de alcanzar ese fondo inasible, que es Dios mismo. Ascesis del
cuerpo, y del espíritu, que es propedéutica para alcanzar el conocimiento
místico de Dios.
Para comprar el libro, hacé click acá. |
Johannes Eckhart von Hochheim (1260-1328) fue un teólogo y
filósofo. Adolescente se unió a los dominicos, donde más tarde obtuvo un alto
cargo. Sus sermones han dejado una gran impronta en sus contemporáneos e hizo
una importante contribución al diseño de la jerga filosófica alemana. Su
principal preocupación era la propagación de los principios para una práctica
espiritual constante en la vida cotidiana. Causó un gran revuelo con sus afirmaciones
no convencionales, contrarias a las creencias populares. Fue el primer teólogo
de la Universidad de París en ser sometido a un proceso por sospecha de
herejía. Condenadas algunas proposiciones de su obra por Juan XXII, fue
rehabilitado por la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1992 por el
entonces cardenal Ratzinger.
No hay comentarios:
Publicar un comentario