Este libro estudia la cultura argentina de la segunda mitad del siglo XIX e inicios del XX a partir de cuatro de sus protagonistas: Eduardo Wilde, José Manuel Estrada, Paul Groussac y Eduardo Ladislao Holmberg, figuras que nacieron durante los años del rosismo y que emprendieron la tarea de fundar y organizar espacios de producción y difusión de saberes allí donde no existían. Paula Bruno propone pensar la época por medio de los recorridos biográficos de estos hombres, que iluminan la efervescencia de la vida cultural del período.
Contra la perspectiva más transitada, que caracteriza a la “generación del ochenta” como un bloque homogéneo, con intereses intelectuales pero ligado sobre todo a la esfera política, este ensayo sostiene que el mundo de las letras que comienza a gestarse hacia 1860 tiene un espesor propio y una gran diversidad. Los cuatro protagonistas oficiaron, cada uno según su estilo, como verdaderos pioneros culturales: se desempeñaron en el ámbito educativo, fundaron revistas, promovieron espacios de sociabilidad intelectual, apostaron a la escritura cultivando diferentes géneros, fueron intermediarios entre el país y el exterior a través de sus viajes y sus obras, participaron en debates públicos candentes y procuraron pensar la Argentina al margen de los moldes heredados y de la sombra proyectada por los “padres fundadores”, como Sarmiento, Mitre, Echeverría o Alberdi. Así, gracias a un análisis agudo de las peripecias biográficas y del contexto que ellas permiten reconstruir, “Pioneros culturales de la Argentina” logra trascender la “fotografía de
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