viernes, 29 de noviembre de 2013

"Cuentos de soldados y civiles", de Ambrose Bierce


Bierce suele armar sus mazmorras en las tinieblas, en el fondo de un bosque. A veces envuelve con hilos levísimos dos cumbres distan­tes, y el sol del crepúsculo hace refulgir su telaraña con los matices del arco iris: en ese paisaje de una belleza conmovedora ha de ocurrir algo aciago. Y ocurre, indefectiblemente, porque interviene el azar, una de esas extrañas coincidencias mínimas tan frecuentes en la vida cotidiana.
Los héroes de Ambrose Bierce las provocaron; de un modo u otro eli­gieron sus desdichas y participaron en la justicia inexo­rable que los castiga. Antes que Schopenhauer sostuviera el carácter voluntario de todos los hechos que le ocurren al hombre, antes que el psicoanálisis incorporara esta idea a su método para sacar a luz los móviles profundos de la conducta humana, ya lo había dicho Balzac: “La mayor parte de las casualidades son pre­meditadas”.                                                                      
José Bianco


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Heredero literario de sus compatriotas Edgar Allan Poe, Nathaniel Hawthorne y Herman Mellville, cuentista de primer nivel, Ambrose Bierce escribió algunos de los mejores relatos macabros de la historia de la literatura: La muerte de Halpin Frayser, La cosa maldita, El puente sobre el río del Búho, Un habitante de Carcosa, Un terror sagrado, La ventana tapiada. Gran parte de la crítica lo sitúa junto a Poe, Lovecraft y Maupassant en el panteón de los grandes autores del género de terror, y sus obras se caracterizan por la creación de tensas atmósferas en medio de las cuales estalla repentinamente un horror “físico”, absorbente y feroz.

jueves, 28 de noviembre de 2013

El "Epistolario" de Victoria Ocampo y Ezequiel Martínez Estrada


Victoria Ocampo y Ezequiel Martínez Estrada, indiscutidos referentes culturales y literarios del círculo intelectual argentino, mantuvieron una “amistad encantada”, fundamentalmente epistolar y sazonada por alguna que otra tirantez, producto de sus diferencias ideológicas y de las inestabilidades políticas argentinas. Fueron aliados, con tendencia a la gratitud y la adoración.
Esta reunión de cartas y documentos inéditos, cuidadosamente editados y seleccionados por Christian Ferrer, abarca desde 1945 hasta 1969 y pretende ser un homenaje a un vínculo poco conocido hasta ahora, pero esencial para comprender la literatura argentina del siglo pasado. Pese a sus diferencias irreconciliables –él, empleado de correos e hijo de inmigrantes, y ella, descendiente de Juan de Garay y oriunda de una casa con veinticuatro balcones–, prevalecieron las muchas y muy pronunciadas afinidades. Cada uno a su manera, y según su suerte, se dieron forja a sí mismos. Y el herraje, inalterable y siempre vivo, constituye un patrimonio sustancial en la historia nacional.


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martes, 26 de noviembre de 2013

Jacques el sofista. Lacan, logos y psicoanálisis


“El psicoanalista es la presencia del sofista en nuestra época, pero con otro estatuto”, dice Lacan en 1965. ¿Fue esto lo que lo impulsó a consultar a Barbara Cassin sobre la doxografía?
En el curso de este encuentro, las herramientas de la helenista sirven para poner en evidencia las similitudes entre palabra analítica y discurso sofístico, y las vías por las que Jacques, el sofista, hace pasar del “sentido en el sinsentido” (lapsus y chistes) al “profundo sinsentido de todo uso del sentido”.
Aristóteles es interpelado aquí por un Lacan, sofista moderno, que señala la “tontería” del Estagirita en lo que atañe al principio de no contradicción.
¿Cómo se habla, cómo se piensa la manera en que se habla cuando, con Lacan, se sitúa el enunciado “no hay relación sexual” en el lugar que ocupaba el primer principio aristotélico?


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Jacques Lacan, Freud y los filósofos griegos
Barbara Cassin, La Nación - ADN, 15/11/2013

Anticipo. En Jacques el sofista (Manantial), la intelectual francesa considera la figura del creador de los famosos seminarios desde un ángulo singular: el de su relación con el pensamiento helénico antiguo, que tan importante había sido ya para el padre.

Freud habituó al “psicoanálisis”, palabra griega como la que más, a cierta Grecia: la del mythos, mito y relato, ficción-fixión, la Grecia de los Trágicos –Edipo, Electra, Antígona– y de su interpretación, con la Poética de Aristóteles y su katharsis. A través de sus propias lecturas, de sus referencias de la auténtica cultura alemana de fines del siglo XIX y comienzos del XX, Freud encuentra lo que le hace falta en el momento preciso, Eros y Tánatos, el Amor y el Odio de Empédocles. Conoce y se apropia. Sin embargo, una vez más su mundo es, más que el logos, el mythos, donde filogénesis y Cábala pueden andar: elude con no poca autonomía el corpus platónico-aristotélico, así como en general el de los filósofos. Si conoce el cinismo, la sofística, el estoicismo, el epicureísmo, el escepticismo, es en cuanto títulos para el saber, como erudito. Posee, en suma, a sus clásicos, sutilmente y de larga data, pero no se mide directamente con la filosofía. En los Escritos, [Jacques] Lacan hace al respecto un diagnóstico de doble filo: “El análisis, por progresar esencialmente en el no-saber, se liga, en la historia de la ciencia, con su estado de antes de su definición aristotélica y que se llama la dialéctica. Por eso la obra de Freud, por sus referencias platónicas, y aun presocráticas, da testimonio de ello”: Platón y los presocráticos, pero del lado mythos, dialéctica prearistotélica, y no Aristóteles, del lado logos.
Es ésta una diferencia capital con Lacan, quien no sólo se interesa, sino que participa en la filosofía como logos y en su historia, tan extensa como inmediata. Lacan es de su época filosófica y contribuye a hacerla, estructural, lógica, lenguajera, discursiva y lingüístico-alambicada. No es que no incite a la más vasta cultura ni que comente Antígona o El Banquete mucho más que como analista para el análisis. Pero, sea como fuere, es el logos, en la amplitud del término revisitado por el análisis, el que pasa al primer plano.
Aristóteles, “el largo rodeo aristotélico”, constituye un punto de inflexión: Freud vuelve, dice también Lacan, “a los de antes de Sócrates, a sus ojos los únicos capaces de dar testimonio de lo que él encontraba”. Lacan no “vuelve” a nadie, él hace acopio de Aristóteles y apela a filósofos de todo tipo, incluidos los de antes de Sócrates. Pero no son exactamente los mismos presocráticos que los de Freud. [...] Me interesaré aquí, pues, en el logos. El logos de los griegos, del que el mythos pasa a ser filosóficamente un subconjunto, “lo puede todo”: “La pretensión más ilimitada de poderlo todo, como rétores o como estilistas, atraviesa toda la Antigüedad de una manera para nosotros inconcebible”, escribe Nietzsche en su “Curso sobre la historia de la elocuencia griega”. “Sofística” es el nombre de esta pretensión. Afirmo por mi parte que los sofistas, de quienes Lacan se sirve muy poco en forma directa, prisionero como está de la etiqueta platónica pese a tomarla a contrapelo, son los presocráticos-maestros en cuanto a la inteligibilidad de los presocráticos no heideggerianos. La discursividad que practican permite esclarecer (no digamos comprender) la de Lacan, o ciertos rasgos decisivos de la de Lacan. Ella esclarece simultáneamente el sentido del largo rodeo aristotélico y la manera en que Lacan lo tramita.
Al final de “Análisis terminable e interminable”, Freud habla del “amor por la verdad”, definición clásica de la filosofía, como el propio fundamento de la relación analítica y que “excluye todo engaño y toda ilusión”; tras un punto y aparte, recomienda detenerse un momento, él y nosotros, los lectores, para “asegurarle al analista nuestra simpatía sincera”. Analizar es el tercer “oficio imposible”, junto con educar y gobernar: en definitiva, tres oficios de filósofos-reyes. Un comentario de “Moisés y la religión monoteísta” confirma la dificultad o la desconfianza: “No se ha demostrado en otros campos que el intelecto humano posea una pituitaria particularmente fina para la verdad, ni que la vida anímica de los hombres muestre una inclinación particular a reconocer la verdad”.
“El psicoanalista –señala Lacan por su lado– es la presencia del sofista en nuestra época, pero con otro estatuto.” Jacques el sofista es una glosa de esta frase. Habrá que ver lo que Lacan entiende por el nombre de “sofista”, por el de “psicoanalista” (y lo que entiende sobre qué “el psicoanalista” es él mismo), cómo entiende lo que singulariza nuestra época, lo que diferencia los estatutos entre ellos. Por el momento, digamos que el campo compartido por la sofística y el psicoanálisis lacaniano es el discurso en su relación rebelde con el sentido, relación que pasa por el significante y la performance, y por su distancia respecto de la verdad de la filosofía.
[...] Digo Jacques el sofista para evocar, claro a Jacques el Fatalista: “Si olvidamos esta relación que hay entre el análisis y lo que llaman el destino, esa especie de ocaso que es del orden de la figura –en el sentido en que se emplea este término para decir figura del destino como se dice también figura de la retórica–, ello significa simplemente que olvidamos los orígenes del análisis, porque sin esta relación el análisis no hubiera podido dar ni un paso siquiera”. Jacques el psicoanalista es, por lo tanto, fatalista, con la retórica en juego, que constituye también apuesta entre sofística y filosofía.
Sea como fuere, a quien conocí en la rue d’Ulm, en una sala Dussane desbordante, de bullente murmullo, de pronto más que silenciosa, fue primero a Jacques el sofista presente en directo y arrastrando tras él una multitud, una corte, un ballet de jóvenes y menos jóvenes deleitados con las epideixis, los seminarios performance, improvisados o no. Efectos de moda, amores locos, odioenamoraciones [hainamorations]. El bullente murmullo de la voz que se estira y se refrena, audible inaudible a la manera de Delphine Seyrig, tuvo que ser escrito por Sócrates al comienzo del Protágoras y mejor aún por Filóstrato en Vidas de los sofistas.
Lacan filosofistiza cuando enseña el psicoanálisis: es un Gorgias que se ve a sí mismo en Sócrates, en la dialéctica prearistotélica del dos a dos, porque ve a Sócrates como analista: Sócrates, “perfecto histérico […] una suerte de prefiguración del analista. Si hubiese pedido dinero por eso […] habría sido analista, antes de la letra [avant la lettre] freudiana. ¡Un genio, vaya!” Analista, salvo el pago, que no es poca cosa, como veremos con el logos-pharmakon. Con la didáctica que asegura el vínculo entre la epideixis y la cacería de jóvenes ricos. Agreguemos, ya que estamos en los signos exteriores, las dos diferencias específicas que se han indicado regularmente desde Platón hasta Hegel: Sócrates un ateniense/Gorgias un extranjero, Sócrates un muerto por lo que dice/Gorgias un vivo por lo que dice. Lacan entonces, una vez del lado Sócrates, otra del lado Gorgias: anverso y reverso de la misma hoja de papel. [...]


sábado, 23 de noviembre de 2013

Como solo la muerte es pasajera


Al cumplirse 50 años de la publicación de Poemas de la mano mayor, primer libro de Alberto Szpunberg, Entropía publica su obra reunida. El volumen comprende los diez libros de Szpunberg publicados hasta el momento, con títulos emblemáticos como El che amor (1965) o  La academia de Piatock (2008), y cinco trabajos inéditos, compuestos en los últimos años. 



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Después dela guerra, democráticamente, como siempre, todo fue restaurado,
todo menos la cabeza del apóstol y el sombrero del hombre,
todo menos el sentido de la piedra y la razón de los sueños.

La luz vuelve a filtrarse de la mano de los panes y los peces.
Elevado otra vez a las alturas por la pureza de las urnas, dios bosteza, no oyó
    las bombas ni los tiros ni oye el silencio ni sabe de ella que está a mi lado.

Sólo la puntería de un niño podría reinsertar el cielo entre los cristales,
sólo por ahí la lluvia podría penetrar las palabras y devolverlas a la tierra para
   que florezcan.

viernes, 22 de noviembre de 2013

“Los gatos pardos”, de Ginés Sánchez


Tres personajes viven una noche de San Juan en Murcia que difícilmente van a olvidar. Jacinto es un guardaespaldas mexicano que trabaja para don Jorge y que tiene que encargarse, mientras su patrón celebra una gran fiesta, de saldar cuentas con quienes han matado a un protegido. Se cruzará con María, una joven de quince años que esa noche sale con sus amigos dispuesta a probar experiencias nuevas con las que alejarse de su historia familiar. María no sospecha que su vecino Ginés, un tipo solitario y misterioso, recorre también las carreteras y las playas por donde ella ha estado en las últimas horas, que ha participado en la fiesta de don Jorge, y que conoce a Jacinto. “Los gatos pardos” es un relato directo, asombrosamente eficaz y compulsivo, sobre las vidas secretas de tres personajes que emergen al ponerse el sol, y que deambulan por ambientes pocas veces tan vivamente retratados en la literatura española reciente. Una confluencia de vidas en erupción, en una noche de riesgos y excesos en la que brota una inesperada historia de amor.



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jueves, 21 de noviembre de 2013

Diccionario de música, mitología, magia y religión


“Con carácter enciclopédico y didáctico al tiempo, este diccionario de referencia (de ábafis a Zeus registra su abanico de entradas) sorprende por su dinamismo y homogeneidad. Música, religión, mística y magia se alternan en casi dos mil páginas de erudito saber de la mano de un autor cuyos libros son una referencia en el mundo musical”.
Toni Montesinos, La Razón


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En este diccionario sin precedentes, Ramón Andrés, poeta, ensayista y a la vez reputado estudioso de la música, nos acerca al análisis de la naturaleza y los sonidos, así como a la interpretación de los símbolos que en ellos se contienen, al nexo de unión que la música establece entre los dioses y los hombres, que constituye, al cabo, una detallada muestra de la evolución del pensamiento humano. Mitologías como la griega, la hindú, la céltica o la escandinava, permiten adentrarnos en las grandes leyendas de la cultura indoeuropea, conocer a los héroes transformados en arquetipos de nuestra cultura, desvelar el contenido simbólico del Universo, los árboles, las plantas alucinógenas y los animales, que forman parte de un extraordinario escenario mágico que acogió la primera historia del hombre y que se recoge en la música. Un trabajo de hondo calado que no nos propone sin embargo la mera consulta aislada de sus voces, sino que se convierte, por derecho propio y en su lectura lineal, en una obra de referencia amena y entretenida.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

"Líneas de fuga", de Félix Guattari


Cual un tesoro escondido, desenterrado, este libro redactado por Guattari en 1979, en paralelo a la escritura de “Mil mesetas” junto a Deleuze, se mantuvo inédito hasta hoy.
Sin el rictus sistemático del intelectual universalista, que halla totalidades como caídas del cielo, y así erige sus objetos, aquí se nos advierte que solo se buscan direcciones para una investigación en curso, en pos de alumbrar un agenciamiento colectivo de enunciación, capaz de hacer entrar en su dinamismo a individuos y grupos que quieran huir de las redundancias dominantes, pues solo el deseo puede leer el deseo.
En la primera parte, se constata que toda sujeción social está basada en modos de semiotización que “equipan” a individuos y grupos para “protegerlos” de su propio deseo, de sus agenciamientos creadores, de sus líneas de fuga potenciales, de sus devenires. Se trata de plasmar la ficción de que existe “un mundo”, conjurando la “evidencia” de los diferentes -y coexistentes- mundos posibles. La pregunta de Guattari es precisa: ¿es compatible la expresión individual y colectiva del deseo con una coordinación social eficaz a gran escala?
La segunda parte denuncia el rol de las teorías lingüísticas como otros tantos frenos a los agenciamientos liberadores, y perfila una pragmática que conjura los universales de la lengua, y reemplaza sus árboles por rizomas de conexiones polívocas en un plano de inmanencia.
El final presenta semióticas infra-individuales cuya sola evocación da prueba del método guattariano, y donde deslumbra su fuerza de creación desmesurada: rostridades, ritornelos, briznas de hierba, frases musicales, componentes en las que el elemento más frágil, inmaterial y artificial juega un rol de “pasaje” que nos hará oscilar desde formaciones pesadas, redundantes, hacia mundos de gracia y belleza.


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martes, 19 de noviembre de 2013

La Biblioteca Personal de J.M. Coetzee


La editorial El hilo de Ariadna edita la Biblioteca Personal de J.M. Coetzee, que consta de la selección e introducción de doce clásicos de la literatura universal que lo han acompañado a lo largo de su vida. 

"La Marquesa de O. / Michael Kohlhaas", de Heinrich von Kleist 


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Durante una noche de «felicidad indecible» la virtuosa Alcmena es fecundada por quien ella supone su marido, pero que luego resulta ser el dios Júpiter, que ha asumido la forma de su esposo. Si no solo sus sentidos físicos sino también las fibras más profundas de su corazón fracasaron en decirle quién estaba con ella en la cama, ¿puede estar segura de algo? ¿Puede siquiera estar segura de que ella es ella misma? El narrador que cuenta la historia de la Marquesa sugiere oblicuamente que el autor del embarazo de la dama puede ser sobrenatural (el niño «cuyo origen, precisamente porque era más misterioso, también parecía ser más divino que el de las otras personas», palabras agregadas por Kleist cuando revisó el relato en 1810) y así, debajo del misterio banal de quién cometió el acto, puede surgir un misterio más hondo. Tras haber insinuado estas profundidades, Kleist cambia de rumbo. Pero, detrás de la solución feliz propuesta por la narración para el enigma de la paternidad del niño, el oscuro aire de inquietud de la Marquesa sugiere que el género cómico donde se encuentra inmersa puede no ser al que verdaderamente pertenece.
De la Introducción de J. M. Coetzee

«Pues en el fondo él sabe que dentro suyo hay algo oscuro, subterráneo, pre-olímpico, titánico-barbárico… que nada tiene que ver con la educación, el humanismo, la elegancia, el dorado término medio, el ideal, la Grecia de Winckelmann…, sino que es dionisíaco, poseso, extático-excesivo…». Thomas Mann


"Tres mujeres / Uniones", de Robert Musil


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Nacido en los años declinantes del imperio de los Habsburgo, Robert Musil sirvió a su Majestad Imperial y Real en una sangrienta conflagración continental y encontró la muerte durante la guerra todavía peor que siguió. Mirando hacia atrás, llamaría a la época en la que vivió «una era maldita». Para Musil, el rasgo más obstinadamente retrógrado de la cultura alemana era su tendencia a separar el intelecto del sentimiento. Le parecía que la educación de los sentidos a través del refinamiento de la vida erótica entrañaba la promesa de elevar a la gente a un plano ético más alto. Deploraba los roles rígidos, que se extendían incluso al ámbito de la intimidad sexual, confirmados en su vigencia por las costumbres burguesas tanto de hombres como de mujeres. «Como consecuencia, se han perdido y sumergido regiones enteras del alma», escribió.
De la Introducción de J. M. Coetzee

«Todavía más que la de Proust, la sensibilidad de Robert Musil era hermafrodita. Se podía centrar en la corriente de la conciencia femenina inarticulada o subliminal, en las palabras de las mujeres cuando hablan consigo mismas, con una exactitud y una osada precisión que ningún otro escritor moderno ha alcanzado». George Steiner

lunes, 18 de noviembre de 2013

“Bajo una estrella cruel”: las memorias de Heda Kovály


«Un libro extraordinario, dotado de una vigorosa tensión emotiva y dramática (...) Es un libro de una manifiesta perdurabilidad, que toca la vena de la tragedia del siglo XX al tiempo que nos emplaza en una resistencia serena, sin apelar, tampoco, a ninguna esperanza, también ella ilusoria y dogmática.»
Francisco Solano (El País)


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Hija de judíos acomodados, Heda Kovály vio cómo su mundo se venía abajo con la Ocupación alemana de Checoslovaquia. Fue deportada junto a su familia al gueto de Łódź en 1941 y luego a Auschwitz, donde sus padres fueron asesinados en 1944; Kovály, sin embargo, logró escaparse un año más tarde cuando la trasladaban junto a otros prisioneros al campo de Bergen-Belsen.
Tras permanecer oculta en Praga hasta el final de la guerra, en 1945 consiguió reunirse con su novio Rudolf Margolius, que también había sobrevivido a los campos, y con quien se casaría poco después. En 1952, Margolius era secretario de Estado de Comercio Exterior del gobierno comunista checoslovaco cuando, en una de las primeras purgas estalinistas, fue acusado junto a otros trece miembros del gobierno de alta traición; once de ellos, incluido Margolius, fueron condenados a muerte. Tras su muerte, Heda Kovály y su hijo fueron repudiados por el establishment y se vieron obligados a llevar una vida precaria durante años.
Publicado por primera vez en 1973, “Bajo una estrella cruel”, hasta ahora inédito en castellano, es un libro de memorias clásico sobre la vida bajo los totalitarismos del siglo XX.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Stéphane Mallarmé: Obra poética


Las poesías de Stéphene Mallarmé se destacan por su perfección formal, pero también por las perspectivas conceptuales que abrieron para la literatura contemporánea. Ellas presentan un nuevo modo de concebir la relación entre la poesía y el objeto que nombra, comprendiendo a la alusión y a la negatividad como momentos necesarios de la construcción poética. La obra de Mallarmé, en las antípodas de la locuacidad a menudo retórica del romanticismo, es el punto de inflexión a partir del cual la literatura occidental comienza a preguntarse de qué modo la sustancia de la realidad puede ser indagada a través del silencio, la ausencia y la sustracción.
La traducción, la introducción y las notadas de esta edición bilingüe de la Obra poética - que incluye además "El libro como instrumento espiritual", una breve autobiografía y una selección de la correspondencia del autor - han estado a cargo de Miguel Espejo.


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viernes, 15 de noviembre de 2013

"Rosen", de Diego Paszkowski


Un viejo judío cuya alma se encuentra, según se dice, “con un vigor especial”, cuenta, fascinado y perturbado a la vez, todo cuanto sabe sobre la vida de Max Rosen, un joven estafador que inició sus correrías en la Argentina de los años cincuenta del siglo pasado, las trasladó a España en los sesenta, y ya en los años setenta las llevó a Israel.
Max Rosen, ausente de Dios, se prepara para enfrentar lo que él considera “la vida real”, la lucha de todos contra todos, como un verdadero maestro en el arte del engaño y la simulación, al tiempo que la gente a su alrededor se rinde ante su simpatía, y es así como en su biografía se despliega una serie de episodios fundamentales en la construcción de su notable personalidad.
Después del éxito de “Tesis sobre un homicidio”, ganadora del Premio de Novela del diario La Nación, traducida a varios idiomas y llevada al cine en 2013 por Hernán Goldfrid; después de la fascinante historia policial de “El otro Gómez”, también pronta a ser llevada al cine, y de la experimentación literaria con “Alrededor de Lorena”, Diego Paszkowski nos trae en esta nueva novela una prosa más formal, que cuenta en clave de ficción ciertos sucesos de los que siempre se habló en su propia familia, lo que la convierte, sin dudas, en su obra más personal.


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jueves, 14 de noviembre de 2013

"Dictadoras", lo nuevo de Rosa Montero


“Hablar de algunos de los tiranos más conocidos del siglo XX a través de la visión de sus esposas, amantes e hijas, y del lugar que la mujer ocupaba en sus proyectos megalomaníacos, es poder ahondar en la historia europea desde otra perspectiva y ampliar la comprensión de las tragedias sociales por medio del análisis de las tragedias domésticas. Es como meterse por la puerta de atrás de las dictaduras", dice Rosa Montero en el prólogo de este maravilloso libro que aborda el poder de las mujeres a la sombra de Hitler, Franco, Stalin y Mussolini.
Junto a un equipo de televisión, Rosa Montero viajó por Rusia, Alemania, Italia y España. Allí entrevistaron a familiares directos de los dictadores, visitaron sus búnkers, sus tumbas, sus despachos privados, y reconstruyeron la intimidad de los tiranos y su relación con la devastadora historia de las dictaduras. Este libro es el resultado de ese trabajo y de la colaboración de prestigiosos historiadores internacionales.
¿Por qué se suicidó la segunda esposa de Stalin? ¿Qué relación tenía Hitler con Eva Braun? ¿Y Clara Petacci con Mussolini? ¿Por qué la mujer de Franco tuvo tanta importancia en su vida pública? Hitler llegó a decir que no se casaba porque se consagraba a Alemania. Y Mussolini afirmaba que "las masas y las mujeres nacieron para ser violadas". “Dictadoras” muestra cómo se relacionaron los líderes de regímenes totalitarios con sus mujeres y en consecuencia, con la sociedad en su conjunto.



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miércoles, 13 de noviembre de 2013

El testamento del mago Tenor


“Dos personas van en pos del último secreto del Mago Tenor, dos escenarios se disputan la acción de esta novela. Uno y otro –Suiza, la India– parecen solicitarse, por eso el autor toma el recaudo de vaciarlos para que cada uno asome como lo que es. La novela ocurre como pocas, con la acción perentoria y perezosa de esas parejas casuales de Verne, con máquinas de Roussel a todo trapo (un poco domesticadas, claro, por Buda) y con jirones de Hergé (la excursión en smoking a la cascada). De la Suiza del Cabaret Voltaire, César Aira extrae un nieto de Hugo Ball; de la India exterior, exenta de acoplamientos tántricos pero no de grutas de basalto amigdaloide, una belleza sin indiferencia, Palmyra.
La semejanza entre los trucos de magia y los recursos de la literatura no son un guiño, ni siquiera una sugerencia. El legado del Mago Tenor nos arrastra en una turbulenta fuga de intensidad creciente, que acumula los núcleos narrativos para precipitar los desenlaces y ampara y desaloja una novela entera, completa, que cumple con el requisito de no ser redonda para crear así sin denuedo aparente su propia forma”.
Luis Chitarroni

 
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César Aira: “La religión es la poesía de los pobres”
Por Patricia Kolesnicov. Clarín, 02/11/13.

El autor acaba de publicar “El testamento del mago Tenor”, que transcurre en la India.

Dura ley del mercado: lo que escasea, sube de precio. Y las entrevistas a César Aira en la Argentina escasean. Autor de culto, Aira reserva su tiempo para escribir, para leer, para inventar. Eso hace: Aira (Coronel Pringles, 1949) pone junto lo que no va junto, suelta el ovillo y tira de varios hilos y así consigue efectos de sentido difíciles de atrapar. No es usual, pero ahora el escritor contestó algunas preguntas, por correo electrónico.
¿De qué se trata una novela de Aira? Lo que se puede explicar en una oración es lo de menos. Hay mucho que se va contando, anotando, sugiriendo, en el correr de las páginas. Y, además, Aira cuestiona con su producción misma esa ley de la escasez: publica muchísimo y en las editoriales más diversas: grandes, chicas, multinacionales.
“Yo imagino el apocalipsis en la forma de una biblioteca”, dice uno de los personajes, discutiendo con Borges, que lo que imaginaba como una biblioteca era el paraíso. La acumulación, puede ser el fin, parece decir.
Ahora Aira sacó El testamento del mago Tenor, que empieza cuando el mago lega su último truco al Buda Eterno, una divinidad diminuta que vive en la India, a la que una empresa le maneja la obra y la imagen y que puede sufrir por falta de aire acondicionado. Casi todo pasa allá, en la India, un territorio superpoblado de colores, de olores, de cuentos, fábulas, mitos, lo que guste narrar.
–Borges decía que Dios era un personaje de la literatura fantástica. En tu novela, las divinidades se forman a partir de muchos elementos, como tu literatura. ¿Tomás las religiones como relatos de diferentes corrientes literarias?
 –A pesar del rechazo invencible que me produce todo lo religioso, encuentro ahí motivos de inspiración. Es tan absurdo, que es casi imposible no tejer alguna fábula. Es el surrealismo de los pobres. En realidad, es la poesía de los pobres. Además, lo tiene todo para el novelista: por el lado de la teología están las lógicas irracionales con las que yo puedo hacer un buen argumento; y por el lado del ritual, el decorado, la acción, los detalles circunstanciales.
–El desorden, la suma de cosas desiguales aparecen en muchos momentos, como en la casa del Buda. ¿El desorden es una manera de construir sentidos?
 –Uno de mis temas favoritos es el de la “enumeración caótica”, que si está bien hecha es el esquema más sugerente del universo. Las tengo presentes cuando escribo, no la enumeración en sí sino el modelo mental que las genera. Más que en términos de orden y desorden, lo pienso como “asimetrías”. Alguna vez, queriendo pasar por inteligente e ingenioso, dije que el arte es “la busca de bellas asimetrías”. Lo habré dicho por salir del paso, pero quizás podría ser, ¿no?
  –El Buda combina materiales preciosos con desechos. En lo narrativo, ¿es eso lo que hacés?
–No, trato de evitar esas alegorizaciones metaliterarias. Yo trato de contar la historia lo mejor posible, claro y conciso. O no tan conciso. Siempre que puedo decorar, decoro. Desconfío de los minimalismos tanto como de los barroquismos.
 –El Buda empieza a pensar que sólo importa la forma, no el contenido. ¿Sólo importa la forma? ¿Para qué se narra si no se narra algo?
–Creo que habría que volver a esos niveles intercalados que postulaba (Louis) Hjelmslev, la forma del contenido, la forma de la forma, el contenido de la forma y el contenido del contenido. No sé si aclarará algo, pero da que pensar.
  –En una novela ¿tiene sentido preguntar “de qué se trata”? Si lo tiene: ¿De qué se trata esta novela?
–Después de mucho pensarlo, llegué a la conclusión de que para que una novela se venda tiene que tocar un tema sobre el que valdría la pena hacer un informe periodístico. Ésa es la piedra de toque. Yo siempre la tengo en cuenta cuando elijo mis temas, para hacer lo contrario.


martes, 12 de noviembre de 2013

"El abrigo de Proust", de Lorenza Foschini


"Un libro único, fascinante y maravillosamente escrito sobre un detective literario antológico."
Michael Ondaatje


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Jacques Guérin, magnate parisino de los perfumes, vive obsesionado por los libros y por los manuscritos raros. En 1929, por azar, conoce a Robert Proust, hermano del célebre escritor de la monumental "En busca del tiempo perdido", que ha muerto no hace mucho. Tras entablar relación con la familia del novelista, descubre que sus miembros, avergonzados por los textos de Proust y por su homosexualidad, se proponen destruir todos sus cuadernos, sus cartas y sus manuscritos, y malvender sus muebles. Poco a poco, a lo largo de décadas, y con ayuda de un ropavejero de aires filantrópicos, Guérin irá rescatando uno a uno los efectos personales de Proust, incluyendo, por fin, la reliquia que había llegado a codiciar más que ninguna otra cosa: el viejo y carcomido abrigo de piel de nutria con que Proust solía vestirse, y que usaba como manta por las noches mientras escribía la Recherche tumbado en su cama.

lunes, 11 de noviembre de 2013

"Alucinaciones", de Oliver Sacks


No vemos con los ojos, sino con el cerebro; de ahí que muchas veces veamos cosas que no están delante de nosotros, cosas que a veces llamamos apariciones, fantasmas o visiones, conceptos, todos ellos, que obedecen al término genérico de ‘alucinaciones’. Pero las alucinaciones no son sólo visuales. Como nos explica Oliver Sacks en su nuevo y fascinante libro, las alucinaciones también pueden ser olfativas o auditivas. Cuántas veces hemos «oído» que alguien nos llamaba y al volvernos no había nadie; o hemos experimentado un olor cuya presencia es físicamente imposible; o hemos creído que alguien nos seguía; o hemos «visto» algo que la razón nos dice que no pertenece a nuestro mundo.
Asociadas en la mentalidad popular con la locura, las alucinaciones obedecen muchas veces a un simple problema neurológico con nombre y apellido, y tienen más que ver con la privación sensorial, la ebriedad, la enfermedad o algún tipo de lesión. Quienes padecen migrañas pueden ver arcos de luz o figuras liliputienses. La gente que pierde la vista puede compensar su carencia con un rico mundo visual alucinatorio, e incluso el simple hecho de dormirnos o despertarnos puede causar que el mundo onírico y el real se fusionen en una imaginería imposible. Gran parte de nuestra fantasía popular y nuestro folklore se basa en las alucinaciones, sin las cuales no podemos comprender figuras como los ángeles, las brujas y los alienígenas, ni tampoco algunas obras de autores tan conocidos como Dostoievski, Evelyn Waugh, August Strindberg o Amy Tan, víctimas todos ellos de alucinaciones en algún momento de su vida.
Pero las alucinaciones no son fenómenos negativos sino positivos, y constituyen, de hecho, una de las mejores ventanas que poseemos para asomarnos a la complejidad de los circuitos cerebrales y a la forma en que éstos nos muestran la realidad o, a veces, crean la suya propia.
Oliver Sacks vuelve a hacer gala de su singular talento como narrador, su sentido del humor y su inmensa cultura para plantear cuestiones que ponen en entredicho nuestra percepción del mundo y, muchas veces, nuestra propia identidad. Desde las visiones religiosas y su explicación fisiológica hasta el uso de drogas psicodélicas como puerta a una percepción interior que los sentidos nos niegan, los relatos del doctor Sacks van más allá del mero historial médico y constituyen una auténtica historia cultural de la percepción, un estudio antropológico de una supuesta anormalidad que no es, en el fondo, más que el reverso de lo que normalmente conocemos como realidad.


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sábado, 9 de noviembre de 2013

"Mythistórima", de Yorgos Seferis


Con la presente edición bilingüe de la poesía completa de Yorgos Seferis (premio Nobel de 1963), presentamos un volumen que retoma los cambios y descubrimientos más sustanciales de las últimas ediciones griegas que se han hecho de la obra poética del autor, a partir de la emblemática de 1972. En traducción de Selma Ancira (premio Nacional a la obra de un traductor, 2011) y Francisco Segovia (poeta e investigador del Colegio de México), Mythistórima trae, en apéndice, un apartado enriquecedor de notas a la edición, en el que se puede apreciar la creación de una obra imprescindible en el panorama de la poesía de nuestro tiempo.


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La hoja del álamo

Temblaba tanto y se la llevó el viento
temblaba tanto y cómo no iba a llevársela el viento
a lo lejos
un mar
a lo lejos
un isla al sol
y manos aferradas a los remos
que mueren al momento de divisar el puerto
y ojos cerrados
en anémonas de mar.

Temblaba tanto
la busqué tanto
en la cisterna con los eucaliptos
primavera y otoño
en todos los desnudos bosques
Dios mío la busqué.

viernes, 8 de noviembre de 2013

"Nietzsche", por Heidegger


"Confrontación es auténtica crítica. Es el modo más elevado y la única manera de apreciar verdaderamente a un pensador, pues asume la  tarea de continuar pensando su pensamiento..."
Este libro no es un estudio académico sobre Nietzsche, sino una interpretación basada en la confrontación con su pensamiento, entendida por Heidegger como «la única manera de apre­ciar verdaderamente a un pensador pues asume la tarea de continuar pensando su pensamiento y de seguir su fuerza pro­ductiva y no sus debilidades». A lo largo del libro, Heidegger despliega su concepción de la historia de la metafísica y su crítica de la modernidad, mientras hilvana una detallada exégesis de la obra de Nietzsche, centrada en su pensamiento último, que inicia con el Zaratustra y que tenía que culminar en su obra capital, “La voluntad de poder”.
La interpretación heideggeriana recorre las grandes ideas de Nietzsche: la muerte de Dios, el advenimiento del superhombre, el nihilismo, la transvaloración de los valores, el arte como metafísica y, especialmente, la voluntad de poder y el eterno retorno de lo mismo. Heidegger interpreta el pensamiento de Nietzsche no como la superación de la metafísica, sino como su expresión más perfecta, como la consumación de su esencia, presente ya en sus orígenes. Así, la reflexión sobre Nietzsche es, a la vez, una reflexión despiadada sobre la sociedad contemporánea, perdida en la repetición sin sentido y necesitada de un renacimiento.


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jueves, 7 de noviembre de 2013

"Una historia sencilla", de Leila Guerriero


«El periodismo que practica Leila Guerriero es el de los mejores redactores de The New Yorker, para establecer un nivel de excelencia comparable: implica trabajo riguroso, investigación exhaustiva y un estilo de precisión matemática»
Mario Vargas Llosa


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En enero del año 2011, Leila Guerriero viajó hasta un pequeño pueblo del interior de Argentina para contar la historia de una competencia de baile folklórico: el Festival Nacional de Malambo de Laborde. El malambo es un baile tradicional entre los gauchos argentinos y el festival termina con la coronación de un campeón. Para resguardar el prestigio del certamen, los campeones han hecho un pacto: una vez que ganan, ya no pueden volver a presentarse en otra competencia. La segunda noche, Guerriero vio a un bailarín que la dejó paralizada, Rodolfo González Alcántara, y decidió contar su historia. El resultado es esta crónica repleta de suspenso y plagada de personajes entrañables en la que González Alcántara cobra las dimensiones de un gladiador trágico. Este libro cuenta la más difícil de las épicas: la épica del hombre común.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Bhimayana. Experiencias de un intocable


Bhimrao Ramji Ambedkar (1891-1956) es una de las principales figuras sociopolíticas de la historia de la India. Sus tempranas experiencias como intocable –el hecho de no poder beber agua en la escuela, o de que los cocheros se negaran a conducir la carroza donde viajaba para no contaminarse– lo impregnaron con una conciencia política que no lo abandonaría durante el resto de su vida, la misma que dedicó a luchar por los derechos de los descastados, hasta convertirse en el arquitecto de la Constitución de la India.
“Bhimayana. Experiencias de un intocable” es un hermoso libro gráfico que narra la lucha constante que fue su vida, ilustrado por los artistas indios Durgabai y Subhash Vyam, exponentes de la técnica de arte Pardhan Gond. Con un estilo que rompe los moldes de las narraciones gráficas convencionales, la vida de Ambedkar adquiere el tono de una épica india clásica, como el Ramayana, y de ahí el título elegido por los autores para nombrar esta hermosa historia de dignidad y valentía.


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Dice El País acerca de esta edición:

"Cuando se empieza a leer este libro y se sigue su historia, uno entra en su cuerpo, sus venas, sus órganos y sus miembros". Para John Berger, que firma el prólogo de “Bhimayana. Experiencias de un intocable”, la experiencia de leerlo fue "corporal". Su historia "trasciende las generaciones, llena de dolor y empatía". Srividya Natarajan y S. Anand escriben, y el matrimonio de artistas Subhash y Durgabai Vyam dibuja, la vida de Bhimrao Ramji Ambedkar (1891-1956), un personaje fundamental en la historia de la India que luchó por los derechos de los descastados y llegó a convertirse en el arquitecto de la Constitución del país, pero que hoy es prácticamente desconocido por todos aquellos ajenos al movimiento paria.
Como los autores dejan claro en las primeras páginas del libro, India ha cambiado, pero no lo suficiente. La escena que sigue de dos indios que se encuentran en la parada del autobús es actual. Como también lo son los fragmentos de noticias publicadas en 2006, 2008 o 2010 que salpican el texto y que demuestran que, si bien se ha avanzado mucho, las castas siguen existiendo.
"Tienen cepillos para los búfalos y tijeras para las cabras, pero jamás tocarían un pelo de un mahar. Antes preferirían cortarle el cuello". “Bhimayana. Experiencias de un intocable” repasa la infancia de Ambedkar; su juventud, periodo en el que decide estudiar -se formó en la London School of Economics- y posteriormente volver a India para tratar de cambiar las cosas; y su madurez, cuando se topa con enemigos como Gandhi, "a quien le preocupaba más liberar la India del poder británico que la transformación de la sociedad hindú".
“Bhimayana. Experiencias de un intocable” viene avalado no solo por John Berger, también por la escritora Arundathi Roy y el novelista gráfico Joe Sacco, cuyas obras repasaron los Vyam antes de ponerse a trabajar. Pero como cuenta Anand, fundador de la editorial Navayan, enseguida el matrimonio le dejó clara una cosa: "No queremos forzar nuestros personajes en viñetas. Los ahogaría. Preferimos crear en espacios abiertos. Nuestro trabajo es khulla (abierto) cuando hay espacio suficiente para respirar".
Tras darle muchas vueltas, editor e ilustradores encontraron la inspiración en el movimiento artístico Pardhan Gond, un clan que pertenece a una de las mayores comunidades tribales de la India y cuyas creaciones se han expuesto en el Centro Pompidou de París o el Mithila Museum de Japón. A Anand la idea de prescindir de las viñetas le había parecido tan oportuna como complicada, pero tuvo que reconocer que mereció la pena: finalmente los ilustradores estructuraron la narración en dignas -dibujos que los Gond plasman en las paredes o suelos de sus casas- para no olvidar la historia del indio intocable Ambedkar.
http://blogs.elpais.com/storyboard/2013/03/bhimayana-1.html

martes, 5 de noviembre de 2013

“Vivir, pensar y mirar”, ensayos de Siri Hustvedt


“Vivir, pensar y mirar” son los tres ejes de este libro y los tres bloques en que se agrupan los ensayos que reúne. Son también tres ejes fundamentales en la obra –tanto de ficción como ensayística– de Siri Hustvedt, tres núcleos temáticos sobre los que ha reflexionado y escrito casi obsesivamente: la propia experiencia vital y las raíces familiares, los enigmáticos mecanismos del cerebro y los impactos visuales de las artes plásticas. El hilo conductor que conecta todos los textos aquí recopilados –escritos entre 2006 y 2011–es, según la propia autora, «la pertinaz curiosidad por saber qué significa ser humanos». En el primer bloque, «Vivir», indaga en la memoria, la emoción y la imaginación, reflexiona sobre el origen escandinavo de su familia, las figuras de sus padres y su personal vivencia de la migraña, entre otros temas. En el segundo bloque, «Pensar», aborda temas relacionados con la filosofía, la neurociencia, el psicoanálisis, la lectura y la escritura, es decir los territorios del cerebro. Y la tercera parte, «Mirar», se centra en las artes plásticas, tratando de desentrañar el misterio de las obras maestras, el modo como las miramos y las emociones que nos transmiten. Para ello reflexiona sobre artistas muy diferentes y alejados en el tiempo, desde el maestro de la escuela sienesa Duccio di Buoninsegna o Goya y su uso de la violencia hasta las transgresoras propuestas de Louise Bourgeois, Kiki Smith, Gerhardt Richter, Annette Messager o Margaret Bowland, pasando por el ascetismo de los bodegones de Morandi o el poder evocador de las fotografías viejas.

El libro viene a confirmar que Siri Hustvedt es una de las grandes voces de las letras norteamericanas contemporáneas no sólo en el campo de la ficción sino también en el del ensayo. La autora derrocha inteligencia, sagacidad y una encomiable voluntad de acercar temas como el arte, la neurociencia, la psicología, la filosofía y la literatura a cualquier lector inquieto.


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lunes, 4 de noviembre de 2013

"Casablanca la bella", de Fernando Vallejo


«Su ira explosiva es tan brillante, tan sonora, real, sincera, divertida a veces, cruel casi siempre, que su lectura es algo gozoso y tonificante».
Pedro Almodóvar


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"Casablanca no es una ciudad, es una casa: blanca como su nombre lo indica, con puertas y ventanas de color café y  una palmera en el centro de un antejardín verde ver de. Y así  ha sido siempre y así siempre será, incambiada, incambiable, como el loquito de arriba, el que dijo: «Yo soy el que soy». Yo también. Yo soy el que soy.
El penacho de la palmera va y viene al son del viento: de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, como una cabeza que dice «No», pero no; lo que quiere decir la palmera es «Sí» porque está contenta. ¡Si tu mujer fuera así! Yo gracias a Dios no he tenido ninguna: ni de niño, ni de joven, ni de viejo, ni de muerto. ¿Consecuentar yo mujeres? ¡Jamás! Mi desviada lujuria me salvó.
Pero no hablemos de mujeres que es tema insulso y volvamos al antejardín, en cuyo verde prado una mano sabia, antes de que yo naciera, entronizó en su centro la palmera. Es una palma real que a la fecha, habiendo enterrado a montones, sigue creciendo, como un niño, hacia arriba, hacia el cielo, hacia Dios. Desde lo más profundo del azul celeste, instalado entre el coro de angelitos que me acarician con su canto en las abullonadas nubes la estoy viendo allá abajo chiquitica, chiquitica... Así son las grandezas humanas vistas desde lo alto: poca cosa. Presidente no fui porque no quise. Papa tampoco porque no quiso Dios, que me tiene reservado para más altos designios. Y no me pregunten cuáles porque aún no sé, me mantiene en vilo. ¿Podrá haber dicha mayor para el cristiano que salir en silla gestatoria todo emperifollado, bajo palio, bendiciendo a diestra y siniestra a la multitud que lo aclama? Bendición para el Este, bendición para el Oeste, bendición para el Norte, bendición para el Sur... Y el que no comió hoy, que cante.
Para verle el penacho desde abajo a la soberbia palmera hay que echar la cabeza hacia atrás, en ángulo acimutal, con riesgo de irse uno de espaldas contra el duro suelo. Enmarcan el antejardín unas maticas verdes y rojas. Ah no, no lo enmarcan, digo mal, son una simple hilera que se extiende contra la fachada apoyándose en su cal blanca. Ahí descansan las pobres de estar paradas al sol y al agua dándole felicidad al que pasa. Es importante aclarar que a las maticas verdes las salpican moticas negras, que si no, su verde se perdería en el del prado como un pleonasmo. ¿Y cómo se llaman las maticas verdes y rojas, las unas con moticas negras, las otras sin? ¿Novios? ¿Geranios? ¿Bifloras? Ni lo uno, ni lo otro, ni lo otro. Se llaman «enmarcajardines». ¡Claro que el que vive en apartamento qué va a saber! Hoy en casa ya no vive nadie, y menos con antejardín. O sí, yo, el dueño de Casablanca. Porque han de saber que la compré. A ciegas, desde México la compré, dándole poder a un abogado y sin la menor idea de qué había adentro, en un acto de fe como el del que se va con una prepago, con el solo recuerdo de su belleza exterior que me acompañaba desde la infancia. Las prepago después digo qué son. En cuanto a mi infancia, me la pasé viendo a Casablanca desde el balcón de mi casa, la de enfrente, donde nací, la de mis padres, una casona boscosa que se hizo célebre por el homicidio que allí ocurrió, voluntario o involuntario, culposo o no, Dios sabrá, de uno de mis hermanos (veinte) muerto a manos de otro (dejándome diecinueve). Para no confundir la casona de mi niñez con Casablanca, llamaré a aquélla «Casaloca». Sí, mal que les pese a mis padres, que en el infierno estén, «Casaloca», un manicomio del que me fui a los once años, comienzo de mi vida pública. Con un hatillo terciado al hombro en el que había empacado mi escasa ropa, dando un portazo que hizo cimbrar la calle y que remaché con un solemne «¡Adiós hijueputas!» salí al camino, a torear al mundo y sus pederastas. Hoy mi casa, que quede claro, es pues Casablanca, no tengo otra, y me costó un ojo de la cara. Delo que fue mi infancia disoluta hablaré luego con profusión de detalles para deleite de los morbosos (aunque a lo mejor ni vale la pena). Construyamos por lo pronto sobre lo que ya tenemos: las fachadas, los antejardines, la vida en apartamento, las mujeres, la pederastia de la Iglesia, los angelitos del cielo..."


sábado, 2 de noviembre de 2013

Un recorrido por la estética de Jean-Luc Nancy


“La partición de las artes”, el nuevo libro de Jean-Luc Nancy, está compuesto por textos inéditos en español y que presentados ahora ordenadamente, se abren a nuevos sentidos, a la manera en que un color cambia al ser yuxtapuesto a otro en el que resuena, con el que se armoniza, se acentúa o se refuerza. A la manera también en que un cuadro cambia al ser dispuesto en una exposición, puesto en contacto con otros. Se trata, por tanto, de un libro coral, un libro-concierto en cuya programación han intervenido el autor, la traductora y el editor y en cuya interpretación final deberá participar el lector dispuesto a prestar su aportación interpretativa en esa nueva performance en que consiste cada lectura.
En este nuevo libro encontrará el lector una panorámica de los grandes temas de la estética de Jean-Luc Nancy, pues en él se revisan una por una las diferentes artes, sin dejar nunca de lado el hecho de que usamos un mismo nombre, arte, para referirnos a muy diversas producciones. Como bailarinas de una misma coreografía, desfilan en este libro la poesía, la pintura, el teatro, la danza, el cine, la fotografía y la filosofía. La singularidad de cada una sólo se comprende en el movimiento conjunto de una pluralidad irreductible.


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viernes, 1 de noviembre de 2013

Tomas Tranströmer x2


Las Piedras

Oigo caer las piedras que arrojamos,
transparentes como cristal a través de los años. En el valle
vuela la confusión de los actos
del instante, vociferantes, de copa
en copa de los árboles, se callan
en un aire más tenue que el presente, se deslizan
como golondrinas desde una cima
a otra de las montañas, hasta
alcanzar las mesetas ulteriores,
junto a las fronteras del ser. Allí caen
todas nuestras acciones
claras como el cristal
no hacia otro fondo
que el de nosotros mismos.

El árbol y la nube


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Tomas Tranströmer es un escritor fundamental para entender la poesía del siglo XX. Pocos poetas han conseguido crear una voz tan personal y reconocible como este maravilloso escritor sueco, traducido a más de sesenta idiomas. Nórdica reúne ahora toda su obra poética, que abarca cincuenta años de imágenes deslumbrantes y expresivas metáforas.


Air Mail


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Durante casi treinta años dos de los más importantes poetas del siglo XX mantuvieron una apasionante relación epistolar. En 1964 Tomas Tranströmer se interesó por un ejemplar de la revista ‘The Sixties’, dirigida por Robert Bly, y al mismo tiempo, curiosamente, el poeta norteamericano iba a la biblioteca de Minnesota a buscar un ejemplar de “El cielo a medio hacer”. La relación había comenzado: cientos de cartas atravesarían el Atlántico.
A lo largo de todos esos años compartieron impresiones  apasionadas sobre la política norteamericana y europea, el ambiente literario en los dos continentes y otros muchos temas, al tiempo que su amistad y su vínculo afectivo se fortalecían. Poetas y traductores ambos, en sus cartas resuelven los problemas de traducción que les planteaban a cada uno los versos del otro, lo que hace de este libro un documento único. Por sus páginas, llenas de inteligencia y humor, con Joan Báez y Schubert como banda sonora, desfilan poemas, poetas, traductores y numerosos políticos.
Esta edición toma como base la versión sueca, publicada en 2001 por Bonniers, y ha sido ampliada con nuevas cartas y documentos originales, por lo que “Air mail” es una verdadera biografía del premio Nobel sueco y del gran poeta norteamericano.