Con este título, Tamara Kamenszain ha decidido reunir todos
sus libros, ponerlos juntos, hacerles una casa, darles un techo, lo que, según
distintos tramos del recorrido, puede ser o casa grande o ghetto o living o
tango bar o toldo o, incluso, carpa, como sucedáneo simbólico de la palabra
poética en su dimensión cobijadora. Pero, ciertamente, no sólo hacerles lugar
para que habiten o cohabiten sino también establecer las vinculaciones secretas
de cada libro en su estar al lado de otro, anterior y ulterior, porque un
enlace potente, a veces visible y otras no tanto, los acerca en una proximidad
por muchas razones provocadora: todos los libros son ahora un libro, el libro
que habla la lengua viva de la novela familiar de la poesía.
***
Se interna sigilosa la sujeta
en su revés, y una ficción fabrica
cuando se ensueña. Diurna,
de memoria,
si narra esa película la dobla
al viejo idioma original. (Escucha
un verbo infantil el que descifra
una suma que es cifra de durmientes
delirios conjugados en pasado.)
¿Quién por boca habla de los sueños
cuando hacia ellos la vigilia va o
cuando lo envuelto con ellos en esa
pantalla de la sábana se escribe?
Para comprar el libro, hacé click acá. |
Como el público de teatro no
que mira la escena
como si no mirara
y de a ratos duerme
como si en el sueño se prolongara la escena
así el que atiende al que dice
también lo desatiende
para escuchar de su propia cosecha
palabras insólitas sentidos deshilvanados
ruidos que se duermen
en la otra corriente de ruidos
como si dentro de ella se prolongaran
No hay comentarios:
Publicar un comentario