Fragmentos de un regalo

Para comprar el libro, hacé click acá.

A mediados del siglo XX, en un extremo del mundo, una escritora, mecenas y directora de la mayor revista cultural de América Latina descubre la existencia de Thomas Merton, uno de los poetas y pensadores estadounidenses más destacados e influyentes de su generación y figura insoslayable de la contracultura de la década de 1960, cercano a los ‘beatniks’. Victoria Ocampo publica entonces varias reseñas acerca de la obra de Merton en la revista Sur, escritas por destacados críticos argentinos.

Criado en un ambiente agnóstico, Merton se había graduado como profesor de literatura inglesa hasta que su vida dio un vuelco al convertirse al catolicismo, para luego tomar los hábitos de monje trapense, y más tarde recluirse en soledad, como ermitaño. Escribió más de setenta libros, entre ensayo, poesía, crítica social, recopilaciones de su correspondencia con escritores y libros de meditación, traducidos a varios idiomas.

En 1958, inesperadamente, Merton escribe a Victoria: un ejemplar de Sur con una de sus reseñas ha llegado a sus manos. Se inicia así una relación epistolar cada vez más estrecha y cálida entre el sacerdote y la escritora, hasta la muerte de aquel. Nunca llegan a encontrarse, pero sus cartas –todas (menos una) inéditas y reunidas aquí por primera vez – muestran cómo Victoria abre su corazón y comparte con Merton sus angustias, sus inquietudes y sus miedos.

Aparece así una Victoria Ocampo inesperada: la trabajadora incansable que intenta hacer conocer a Borges y Bioy Casares en el ambiente inicialmente indiferente de la crítica literaria de los Estados Unidos; la mujer devastada ante la muerte inexplicable de seres queridos; la ‘femme de lettres’ espantada ante la hipocresía en la que le toca moverse…

El libro recopila no sólo todas las cartas intercambiadas entre Merton y Victoria (en sus idiomas originales y la respectiva traducción castellana), sino que las intercala cronológicamente con las reseñas iniciales sobre la obra de aquel aparecidas en Sur y luego, cuando Merton se ha convertido ya en colaborador de la revista, con los artículos con los que contribuye.