lunes, 17 de septiembre de 2012

La piedra alada


EL DESTETE

Con qué paciencia
la madre envuelve su magro seno con lana de oveja
negra. Y el seno ya no es más
el sitio de la ternura.

Agotada la dulce leche, la madre hace el ancestral rito
                              del destete:
el niño viene y encuentra
el animal de lana negra en el pecho amado
        donde sólo el viejo pezón nutricio
asoma todavía como una provocadora
                             trampa.

El niño huye escarmentado
y ahíto
               de su primer gran miedo.
Su amor renacerá de ese miedo. Y ella
será la madre
        que le temblará siempre en la boca.


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HE DICHO

Qué rico es ir
de los pensamientos puros a una película pornográfica
y reír
           del santo que vuela y de la carne que suda.

Qué rico es estar contigo, poesía
de la luz
          en la pierna de una mujer cansada.

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